La liberalidad se trata de dar cosas buenas a otros libremente y en abundancia. Si le das una mesada a tu hijo, una buena propina al portero o una donación al mendigo, lo más probable es que te consideren una persona de gran liberalidad. Para el propósito de este artículo, vemos la liberalidad como la aplicación del plan de benevolencia sistemática que comprende tres elementos: diezmo, ofrendas proporcionales y donaciones (Elena G. de White, Consejos sobre mayordomía, págs. 80, 81).

Este artículo analiza el cómo y el por qué de las ofrendas religiosas, y luego propone un modelo para ayudar a las iglesias locales a crecer en liberalidad.

Hechos y factores que influyen en las donaciones religiosas

Varios factores tienen un impacto en las donaciones religiosas. Al final de una conferencia de mayordomía, un pastor me preguntó una vez: "¿Qué es lo que debo hacer por mi congregación que los ayude a ser generosos?" Desafortunadamente, o afortunadamente, no hay una respuesta única. Sin embargo, una idea clave surge de los estudios sobre este tema: la donación religiosa es un comportamiento racional; se puede explicar, influenciar y cambiar.

Smith y otros (2008) revelan algunos datos interesantes sobre las ofrendas religiosas. Parece que el 20 por ciento de todos los cristianos de Estados Unidos no dan nada a la iglesia, y los que lo hacen, dan muy poco. La mayoría del dinero de una iglesia proviene de una minoría de sus miembros: el 20 por ciento de los miembros proporciona el 75 por ciento de los recursos financieros. Paradójicamente, aquellos con ingresos más altos dan menos como porcentaje que aquellos con ingresos más bajos. La donación religiosa es inversamente proporcional al crecimiento del ingreso; cuando los ingresos crecen, las donaciones religiosas disminuyen. También hay una tendencia creciente entre los cristianos a dar exclusivamente a sus propias comunidades locales de fe.

Tenemos que admitir que hay pocos estudios realizados en la Iglesia Adventista del Séptimo Día sobre donaciones religiosas. Parece que nuestro interés principal está más en la contabilidad y menos en descubrir el perfil de los donantes y los factores que influyen en las donaciones. Un estudio adventista sobre este tema realizado por Mclver (2016), que involucra a iglesias en los cinco continentes, revela que la cantidad absoluta en dólares devuelta como diezmo ha aumentado, pero el porcentaje de los ingresos dados ha disminuido (pp. 22, 23) en los últimos 40 años. Esta situación, junto con la disminución de las ofrendas, representa una amenaza para la misión, especialmente para nuestro compromiso con una misión mundial.

Los factores decisivos de las ofrendas religiosas son muchos; sería imprudente concentrarse en un solo factor. Las personas que tienen una fe fuerte, con una teología conservadora (Iannaccone, 1994; Hoge et al. 1996; Olson y Perl, 2001) y una intensa participación y asistencia a la iglesia (Hoge y Fenggang, 1994) tienen más probabilidades de dar a un nivel más alto. El buen manejo de las finanzas personales que comprende la planificación y las promesas de contribuciones impacta las donaciones religiosas (Smith y otros, 2008). Otro factor decisivo positivo es el énfasis adecuado de la iglesia local en el valor de las donaciones religiosas, creando donantes normativos (Vaidyanathan y Snell, 2011). Finalmente, el compromiso de una administración financiera sabia y transparente por parte de la iglesia u organización religiosa también tiene una fuerte influencia en las donaciones (Peifer, 2010). Mclver (2016) observa que algunos motivos, creencias y actitudes se correlacionan fuertemente con el comportamiento del diezmo entre los adventistas del séptimo día (p. 29).

El modelo de liberalidad creciente

Nuestro enfoque para aumentar el nivel de liberalidad se basa en algunos supuestos clave: la iglesia es un organismo vivo; la liberalidad no sucede en el vacío; los seres humanos pueden asociarse con Dios para crear las condiciones para el surgimiento de la fidelidad y la liberalidad; y la iglesia local es el lugar para hacer crecer la liberalidad. El modelo se articula en torno a tres componentes principales: empoderar a los miembros, incorporar el mensaje de mayordomía y crear una cultura de iglesia propicia.

Empoderar a los miembros

             El objetivo aquí es ayudar a los miembros a crecer en todos los aspectos de sus vidas (3 Juan 1: 2). Y el enfoque está en el empoderamiento tanto espiritual como financiero.

El empoderamiento espiritual implica que se alienta a los miembros a establecer y mantener una conexión diaria con Dios. Se basa en el principio de que la contemplación crea transformación (2 Corintios 3: 18). La interacción con el Dador más grande de todos es el medio más seguro para transformar a los individuos con orientación propia. Mientras estudiaba las prácticas del diezmo entre los adventistas, Mclver (2016) observó que las personas que oran regularmente, estudian la Biblia a diario, estudian la lección de la Escuela Sabática y asisten a los servicios de la iglesia tienen más probabilidades de ser fieles. En la misma perspectiva, la certeza de que las enseñanzas particulares de la propia fe son verdaderas (Olson y Perl, 2005, p. 126), un fuerte sentido de misión (Mundey et al., 2011), y la práctica de dar como una disciplina espiritual (Smith y otros, 2008) son fuertes predictores de la liberalidad. La asociación entre espiritualidad y liberalidad es innegable.

Algunas iniciativas locales pueden contribuir al empoderamiento espiritual de los miembros:

 

  • Ayudar a los miembros a seguir un plan para la devoción diaria. La iniciativa Believe His Prophets [Creed en sus profetas]podría ser una opción interesante.
  • Explore los medios para que más miembros estudien su lección de la Escuela Sabática y asistan a la Escuela Sabática.
  • Haga que la reunión de oración semanal sea atractiva y accesible para los miembros.
  • Trabajar para aumentar el número de miembros que leen los libros del Espíritu de Profecía.

El empoderamiento financiero es el proceso durante el cual un miembro desarrolla su potencial para generar y administrar recursos financieros personales. Elena de White habla sobre la alarmante situación que prevalece en el área de educación financiera: “Muchos carecen de sabiduría en la administración de sus bienes, y no son económicos. No pesan cuidadosamente los asuntos ni avanzan con cautela.” (Testimonios para la iglesia, vol. 1, p. 205). Como resultado de esa situación, “cuando se hace un pedido para promover la obra en el país y en las misiones extranjeras, no tienen nada para dar, y hasta han gastado más de lo que tenían.” (Consejos sobre mayordomía, p. 263). Muchos creyentes sinceros no se asocian en la misión de Dios porque sus finanzas están en desorden.

Algunas áreas de fortalecimiento financiero necesitan atención especial. Primero, los miembros deben desarrollar la mentalidad correcta sobre los recursos financieros: Dios es el Proveedor, y él da el poder de generar riqueza. Por lo tanto, nuestros bolsillos no están vacíos. En segundo lugar, todos deben desarrollar hábitos de gastos sabios, resistiendo el atractivo de los comerciales que nos llevan a gastar apelando a nuestros sentidos. Jesús instruyó a sus seguidores a “sentarse y calcular el costo” (Lucas 14: 28). Tercero, los creyentes necesitan comprender las implicaciones del endeudamiento. ¿Cómo se puede evitar usar el dinero de otros y, si ya está endeudado, cómo salir de la deuda? Cuarto, se debe aclarar la importancia del ahorro y los miembros deben conocer las mejores prácticas. Quinto, enseñe y desafíe a los miembros a experimentar el principio “Todo lo que Dios recibe, lo multiplica” por la práctica de devolver el diezmo y dar ofrendas y donaciones. Por último, pero altamente correlacionado con las donaciones religiosas, explique y haga un llamamiento a los miembros para que se comprometan a ofrendar basados en porcentajes.

 Incorporación del mensaje de mayordomía

El siguiente componente del modelo asegura que el mensaje de mayordomía llegue a todos los segmentos de la membresía de la iglesia. Los nuevos miembros y los niños aprenden sobre la liberalidad a través del ejemplo y la enseñanza intencional (Romanos 10: 14; Salmos 78: 5-6). La mayordomía es captada y enseñada.

Sin embargo, las evidencias revelan la existencia de una ignorancia normativa flagrante con respecto a las ofrendas religiosas. La liberalidad no se erige como una expresión primaria del discipulado en la mente de muchos cristianos. Muchos carecen de conciencia de la enseñanza del diezmo del diez por ciento y de las donaciones financieras proporcionadas y sacrificadas como la norma de la mayordomía cristiana. ¿Cuáles podrían ser las razones de tal ignorancia? Una causa podría ser la dicotomía que a menudo existe entre evangelismo y mayordomía. Cuando presentamos a las personas el mensaje adventista, dudamos en instruirlas en asuntos de ofrendar. Elena de White advierte sobre esta omisión:

“Algunos se niegan a aceptar el sistema del diezmo; se apartan y ya no andan más con los que creen y aman la verdad. Cuando se les presentan otros temas, contestan: “No nos enseñaron así”, y vacilan en progresar.” (Consejos sobre mayordomía, p.110).

Otro factor relacionado con la ignorancia normativa es el fenómeno de los “administradores renuentes” de las finanzas de la iglesia. Conway (2002) describe al clero como incómodo al hablar de finanzas. No quieren dar la impresión de que están abogando por sus propios ingresos. Me ha pasado esto. En algunos casos, recibí una invitación para dar una charla o seminario de mayordomía con la recomendación de los líderes de no discutir las finanzas. Como resultado, la administración financiera se convierte en uno de los temas menos abordados en el contexto de la iglesia.

Una forma efectiva de compartir el mensaje de mayordomía es adoptar una estrategia encubierta. Esto consiste en incluir el mensaje de mayordomía en los programas e iniciativas ya existentes de la iglesia. Este enfoque suele ser menos costoso y no grava el horario de la iglesia. Algunas iniciativas “encubiertas” podrían llevar efectivamente el mensaje de mayordomía a los diversos segmentos de la iglesia:

 

  • Revitalizar la historia misionera y el llamado al diezmo y las ofrendas durante el servicio sabático.
  • Ayudando a los Aventureros y los Conquistadores a ganar el Premio Wise Steward [Mayordomo Sabio] y el Honor Stewardship [Honor de Mayoromía], respectivamente.
  • Instruir a los posibles miembros sobre la mayordomía durante las campañas evangelísticas y los estudios bíblicos.
  • Nutrir a los miembros en la mayordomía a través de programas sistemáticos de visitas al hogar.
  • Predicando un sermón relacionado con la mayordomía una vez cada trimestre en la iglesia local.

 Crear una cultura favorable de iglesia

Este componente del modelo se enfoca en las características del receptor de la donación, la iglesia. Eckel y Grossman (1996) hablan sobre el “mérito” del receptor: ¿ Fomenta el contexto de la iglesia la liberalidad de sus miembros?

Peifer (2010, p.1583) observa que las personas que consideran que “el presupuesto es apropiado,” tienen “confianza en el liderazgo,” y están “entusiasmados con los programas” generalmente elevan su tasa de donaciones entre un 8 y un 11 por ciento. El nueve por ciento de los no donantes mencionaron la confianza en la gestión financiera como su razón más importante para no dar (Smith & Emerson, 2008). Parece claro que los problemas relacionados con el gasto congregacional, los costos, desembolsos, y el conflicto financiero de la congregación influyen en las donaciones de los miembros, y la confianza es un factor contribuyente importante.

Las Escrituras brindan algunas pistas sobre cómo el apóstol Pablo invirtió en la creación de la cultura eclesiástica correcta para alentar la donación. En 1 Corintios 16: 1-4, Pablo no solo alentó las donaciones planificadas y proporcionales, sino que profundizó sobre la responsabilidad de la iglesia como destinataria de las donaciones. Todas las condiciones se establecieron para que los donantes tuvieran plena confianza.

Algunas acciones pueden mejorar el mérito de la iglesia local:

 

  • Tener un sistema de control interno efectivo conocido por los miembros.
  • Evaluar y mejorar la calidad de los programas y servicios.
  • Priorizar la inversión en misión.

Un crecimiento en la liberalidad es el resultado de cómo hacemos la iglesia. Enseñar la teología del diezmo y las ofrendas es importante, pero tiene un impacto limitado, a menos que le fortalezcamos al creyente y aumentemos el mérito de la iglesia.

Aniel Barbe

 Referencias

 

Conway, D., Saint Meinrad School of Theology, & Lilly Endowment. (2002). El administrador reticente revisado: Preparación de pastores para tareas administrativas y financieras: un informe y comentario sobre un estudio realizado por la Escuela de Teología Saint Meinrad con financiamiento de Lilly Endowment Inc. Saint Meinrad, Ind: Escuela de Teología Saint Meinrad.

Eckel, C., & Grossman, P. (1996). Altruism in Anonymous Dictator Games [Altruismo en juegos de dictador anónimo]. Games and Economic Behavior [Juegos y comportamiento económico], 16 (2), 181-191. Recuperado de https://EconPapers.repec.org/RePEc:eee:gamebe:v:16:y:1996:i:2:p:181-191.

 

Hoge, D. R., & Fenggang, Y. (1994). Factores que influyen en las ofrendas religiosas en denominaciones americanas: datos de dos encuestas a nivel nacional. Review of Religious Research36 (2), 123-148. doi: 10.2307/3511404. Recuperado de  https://www.jstor.org/stable/3511404

Hoge, D. R.; Zech, C.; McNamara, P.; & Donahue, M., J. (1996). Money Matters [El dinero importa]. Louisville, KY: Westminster John Knox.  

Iannaccone, L. (1994). Why strict churches are strong [Por qué las iglesias estrictas son fuertes.]. American Journal of Sociology 99(5), 1180–1211. Recuperado de  https://www.jstor.org/stable/2781147.

McIver, R., K. (2016). Tithing Practices Among Seventh-day Adventists [Prácticas del diezmo entre los adventistas del séptimo día.]. (2nd Ed.). Cooranbong, Australia: Avondale Academic Press.

Mundey, P.; King, D. P.; and Fulton, B. R. (2019). The economic practices of U.S. congregations: A review of current research and future opportunities [Las prácticas económicas de las congregaciones de los Estados Unidos: una revisión de la investigación actual y las oportunidades futuras]. Social Compass 66(3), 400-417. DOI: 10.1177/0037768619852230. Recuperado de   journals.sagepub.com/home/scp.

Olson, D. V. A., and Perl, P. (2005). Free and cheap riding in strict, conservative churches [Viajar gratis y barato en iglesias estrictas y conservadoras]. Journal for the Scientific Study of Religion 44 (2), 123-142.   

Peifer, J. L. (2010). The economics and sociology of religious giving: Instrumental rationality or communal bonding? [La economía y la sociología de las ofrendas religiosas: ¿racionalidad instrumental o vinculación comunitaria?]  Social Forces, 88(4), 1569–1594. Recuperado de   https://doi.org/10.1353/sof.2010.0004.

Smith, C.; Emerson, M. O.; & Snell, P. (2008). Passing the Plate [Pasando el plato]. New York, NY: Oxford University Press. 

Vaidyanathan, B., & Snell, P. (2011). Motivations for and Obstacles to Religious Financial Giving [Motivaciones y obstáculos para las donaciones financieras religiosas]. Sociology of Religion,72(2), 189-214. Recuperado el   1 de Abril , 2020, de www.jstor.org/stable/41288568

White, E. G. (2005). Consejos sobre mayordomía. Bogotá, Colombia: Asociación Publicadora Interamericana.

 

White, E. G. (2003). Testimonios para la iglesia (vol.1). Bogotá, Colombia: Asociación Publicadora Interamericana.

 

Pull Quotes

 

La donación religiosa es un comportamiento racional; se puede explicar, influenciar y cambiar.

 

La liberalidad no sucede en el vacío

 

Un crecimiento en la liberalidad es el resultado de cómo hacemos la iglesia.

Aniel Barbe