El continuo de la mayordomía y de los servicios fiduciarios y de donaciones planificadas

“Todas las cosas buenas de la tierra fueron colocadas aquí por la generosa mano de Dios, y son la expresión de su amor para con el hombre”.[1]

La mayordomía es un tema general que atraviesa la meta historia de la raza humana. Se remonta al tiempo de los orígenes, representa un factor principal detrás del gran conflicto y finalmente será parte de la restauración final.

Dominio planeado y otorgado

La mayordomía fue dada por Dios como un regalo a la raza humana antes de que hubiera pecado en nuestro planeta. En el principio, Dios planeó otorgar mayordomía a sus seres creados que fueron hechos a su imagen. Génesis 1: 26 habla de este plan de dar dominio a Adán y Eva. Luego, después de que Dios creó a los dos seres humanos, los bendijo y les dio la administración o dominio de la tierra (Génesis 1: 28).

El plan original de Dios fue una expresión de su amor por toda la creación. Adán y Eva vivieron como perfectos mayordomos de la tierra durante algún tiempo, ejerciendo dominio. Adán y Eva eran los representantes de Dios para la tierra. Todas sus necesidades estaban cubiertas, sus vidas siempre eran felices y su trabajo agradable. Experimentaron la comunicación diaria con su Creador. Entendían claramente que Dios era dueño de todo, y eran los mayordomos de las posesiones de Dios.

Dominio perdido

Luego, una fuerza maligna entró en el mundo perfecto de Adán y Eva y los engañó haciéndoles creer que debían ser dueños y no meros mayordomos administrando para Dios. Debido a que eligieron creer esta mentira, las cosas se volvieron muy difíciles para ellos. Inmediatamente notaron que habían perdido la bendición que Dios les había dado originalmente, que hasta ahora los había revestido. Tardó un poco más, pero pronto supieron que habían perdido el dominio que Dios les había dado y que la serpiente, Satanás, se lo había quitado.

Lucifer, Satanás, la serpiente, el diablo o el dragón, afirmaba ahora que representaba a todas las criaturas de la tierra. Ahora reclamó el dominio, y este planeta ahora estaba alineado con la rebelión contra Dios. Satanás y todos los habitantes ahora se consideraban dueños de la tierra.

Mayordomía restaurada

Después de que se perdió el dominio, Dios inmediatamente prometió a Adán y Eva que el dominio de la tierra se recuperaría enviando una simiente futura de la mujer para aplastar la cabeza de la serpiente usurpadora y engañosa. Esta herencia prometida dio esperanza inmediata a Adán y Eva.

Esta promesa de restaurar el dominio es la conexión entre la mayordomía y las ofrendas planificadas. Dios tenía un plan para la redención de los humanos desde el principio. Jesús se había ofrecido como voluntario para ser el que había de venir y hacerse humano a fin de restaurar el dominio de la tierra a la raza humana. Dado que este plan había existido desde siempre en el pasado, podía presentárselo inmediatamente a Adán y Eva cuando más lo necesitaran. Por fe, Adán y Eva recibieron su poder de elegir inmediatamente. Ahora podrían volver a elegir ser un propietario que busca usurpar las bendiciones de Dios, o un mayordomo que elige por fe administrar fielmente las posesiones de Dios. La elección que habían entregado a Satanás al comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal ahora les fue restaurada por la fe.

Como descendientes de Adán y Eva, cada uno de nosotros tiene la misma opción de ser un mayordomo fiel de las posesiones de Dios, o buscar ser dueño en lugar de Dios. Dios declara muy claramente que él es dueño de todo (Éxodo 19: 5; Job 41: 11; Salmo 24: 1; Hageo 2: 8). Como creyentes profesos en Jesús, hemos elegido ser mayordomos fieles de Dios.

Desde el momento en que tenemos la edad suficiente para razonar y tomar decisiones, cada ser humano elige reconocer a Dios como el dueño de todas las cosas o no. Aquellos que aceptan a Dios como el dueño de sí mismos, de su familia, de sus amigos y de sus posesiones, también asumen la responsabilidad de ser mayordomos de todas las cosas que Dios les confía que administren con seriedad. Dios será primero en todas las cosas en su vida en la tierra.

Mayordomía de por vida

Elegir ser fiel o no es parte de la vida de todo ser humano. Esta elección no se puede evitar. La mayordomía y los servicios fiduciarios y de donaciones planificadas (PGTS, por sus siglas en inglés) duran toda la vida. (PGTS no puede comenzar en la vida de una persona hasta que alcance la edad de madurez. Antes de la edad de madurez, los padres del niño proporcionan el PGTS para el niño). Como seguidores de Cristo, parte de nuestro compromiso es siempre poner a Dios primero. Hacemos esto con nuestro tiempo, talentos y tesoros, como lo demuestra la historia de Job. A medida que el cristiano es fiel a Dios, las bendiciones y posesiones que Dios le da al mayordomo fiel para administrar aumentan. El mayordomo fiel pone a Dios primero al devolver un diezmo honesto y una ofrenda proporcional y regular al alfolí de Dios (Malaquías 4: 8).

En el libro Consejos sobre mayordomía cristiana, Elena G. de White describe una visión en la que observó a Satanás instruyendo a sus ángeles para que atacaran específicamente a los cristianos adventistas del séptimo día que vivían en los últimos días de la historia de la tierra. Estas tentaciones en la instrucción de Satanás giran en torno a la mayordomía y la fidelidad: “Id, haced que los poseedores de tierras y de dinero se embriaguen con los cuidados de esta vida. Presentad el mundo delante de los hombres en su luz más atractiva, para que depongan su tesoro aquí y fijen sus afectos en las cosas terrenas”.[2]

Satanás usará cualquier forma posible para seducir a la raza humana para que no ponga a Dios primero. Él quiere que sus ángeles apliquen su energía y tiempo a este propósito. Se instruye a los ángeles de Satanás para que ataquen a los adventistas del séptimo día en el ámbito de la mayordomía, centrándose en la tierra, el dinero, el cuidado, el tesoro y el afecto.

Dios siempre

¿Cuándo termina la responsabilidad de la mayordomía para la humanidad? Ser un mayordomo fiel es mantener siempre a Dios en primer lugar en su vida, Dios primero y Dios siempre. Un plan para mantener a su familia es una de las cosas esenciales que puede hacer un mayordomo fiel. El apóstol Pablo escribe: “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5: 8).[3]

Dios bendice a sus seguidores con posesiones para mantener a sus familias y apoyar su misión en la tierra. Satanás hará todo lo posible para evitar que el mayordomo fiel apoye la misión de alcanzar a las personas para Dios. Satanás lo dijo de esta manera a sus ángeles: “Debemos hacer todo lo que podamos para impedir que los que trabajan en la causa de Dios obtengan medios para usar contra nosotros. Mantened el dinero en nuestras filas. Cuanto más medios obtengan ellos, más perjudicarán nuestro reino arrebatándonos nuestros súbditos.”[4]

Tener un plan que honre a Dios incluso después de dormir (el sueño de la muerte) y esperar que venga Jesús es la forma en que un mayordomo fiel siempre pone a Dios en primer lugar. El plan fiel guarda las posesiones que son obra de Dios para los propósitos de Dios en la tierra. La responsabilidad de la mayordomía termina cuando el seguidor de Jesús, a través de su plan fiel, transfiere sus posesiones administradas de una manera que las mantiene seguras para los propósitos de Dios en la tierra. La mayordomía fiel de nuestras posesiones es lo que yo llamo Dios siempre.

A medida que se desarrolla la historia humana, que el amor de Jesús motive a todos a una mayordomía fiel, Dios primero y Dios siempre, hasta la restauración del orden que Dios diseñó para todo su universo.

Dennis Carlson


[1] Elena G. de White, Consejos sobre mayordomía (Bogotá, Colombia: Asociación Publicadora Interamericana, 2005), p. 17.

[2] Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 150.

[3] Todas las citas bíblicas son de la versión Reina-Valera 1995 Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usado con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.

[4] Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 150.

Dennis Carlson

Dennis Carlson es director de Servicios Fiduciarios de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día.